Marcin Barton, hijo del alcalde de Skierbieszów, participó en 1999 en el concurso de historia “El acontecimiento más importante de la historia de mi ciudad natal - testigos y testimonios” organizado por la Fundación Stefan Bathory y el Centro Karta en 1998. El reconstruyó en base a informes de testigos de la época la historia local y los acontecimientos de noviembre de 1942, cuando los alemanes expulsaron a los habitantes de Skierbieszów de su lugar de nacimiento.
Marcin Bartoń motivó su elección del tema de la forma siguiente: „La historia de una localidad se ve determinada por el destino de sus habitantes y lo que yo he descrito, es decir, la guerra y la expulsión afectó a cada uno de los antiguos habitantes de mi lugar natal de tal forma que en el futuro, incluso en un futuro lejano, los acontecimientos de noviembre de 1942 serán sin duda el episodio más importante de toda la historia de Skierbieszów.“ La población de Skierbieszów soportó todo lo que los responsables del plan habían concebido para colonizar y »germanizar« la región de Zamość. Aquí se había previsto establecer un „bastión“ que debía servir a la posterior expansión de Alemania hacia el Este. En sus recuerdos, la familia de Marcin Bartoń regresa siempre a aquellas vivencias trágicas. El mismo escribe: „Tengo 17 años. Mi lugar de nacimiento es Skierbieszów. El acontecimiento más importante para sus habitantes es la »pacificación« que tuvo consecuencias trágicas. No hay ninguna familia en Skierbieszów que no haya perdido a un familiar a consecuencia de los crueles actos de los ocupantes. En mi familia, que cuenta con varias generaciones, la historia de los partisanos que contaba mi abuelo y las tristes historias de mi abuela que de niña estuvo en Zamość “detrás del alambre de púas” eran temas comunes. Yo quiero describir este episodio trágico de la rica historia de Skierbieszów.“
El 22 de junio de 1941 comenzó la Operación Barbarossa, Alemania atacó a la Unión Soviética, su anterior aliada. De esta forma la Gobernación General [Generalgouvernement (GG)] obtuvo una nueva dimensión como punto estratégico importante. A mediados de julio de 1941 vino a la región de Lublin el jefe de las SS y Jefe de Policía del Reich Heinrich Himmler invitado por el sanguinario Alto Comandante de las SS y Jefe de Policía Odilo Globocnik. El visitó Lublin, Zamość y alrededores y escuchó lo que le contaban sobre las tradiciones de las colonias alemanas del lugar. Mientras Himmler inspeccionaba los cementerios y otras huellas de la presencia alemana, Globocnik desarrolló ante él la visión de la completa »germanización« de la región y de sus posibilidades como puerta de salida al Este.(Zamość fue llamada en 1942-43 "Himmlerstadt" [ciudad de Himmler], la región destinada a la colonización fue llamada "Himmlerland" [tierra de Himmler].)
Himmler, que estaba cegado por estos grandes planes, nombró mandatario a Globocnik sin ponerse en contacto con la administración de la Gobernación General. Igualmente decretó que se erigiese un campo de concentración para 25-50.000 detenidos y que se iniciasen los trabajos para fundar un gran territorio de asentamiento alemán, para buscar habitantes de descendencia alemana y para crear escuelas y talleres para ellos. En 1942, tras los preparativos, se inició la realización del plan. Himmler eligió los distritos de Zamość y Lublin como primeros territorios de reasentamiento. Se acordó elaborar los detalles de la acción hasta finales de septiembre y que el mejor momento para su comienzo era mediados de noviembre. Durante todo el mes de agosto y septiembre el Estado Mayor de Globocnik trabajó para elaborar un detallado plan de expulsión. Este preveía alejar a todos los polacos que vivían en este territorio y presuponía la división de la población en cuatro categorías principales:
Las categorías I y II debía abarcar a la personas que tuviesen rasgos nórdicos y estuviesen destinadas a la »germanización«. Estas debían ser seleccionadas y conducidas a Lodz donde se examinarían definitivamente sus “rasgos raciales”.
La categoría III estaba prevista para personas capaces de trabajar que debían ser enviadas al Reich para hacer trabajos forzosos; se planeaba alojar a las personas incapaces de trabajar (es decir, niños menores de 14 años y personas mayores de 60 años) en “pueblos de retiro”. Una parte de los niños debía ser después igualmente »germanizada«. El grupo de la categoría IV comprendía a las personas que debían ser trasladadas a campos de concentración, principalmente a Auschwitz (personas incapacitadas para el trabajo, enfermos y minusválidos o personas “sin valor” desde el punto de vista racial).
El 22 de noviembre de 1942 Globocnik dictó un decreto muy detallado con respecto al asentamiento en el distrito de Zamość. Poco antes del inicio de la acción se formó por orden suya un “departamento para uso especial” [“Abteilung zur besonderen Verwendung”] de 500 hombres escogidos entre el regimiento de policia 25 de Lublin.
Ya en noviembre de 1942, aproximadamente al final de los preparativos de la expulsión, la central de reasentamiento - departamento de Zamość - tomó el antiguo campo de prisioneros de guerra en la ulica Lubelska de Zamość para uso propio.
El desalojamiento comenzó a la 01:00 horas en la noche del 17 al 28 de noviembre de 1942. El primer día se desalojaron los pueblos de Skierbieszów, Zawoda, Lipina Nowa y Sady, el segundo día tres localidades de las cercanías.
El autor reunió informes de cuatro habitantes de Skierbieszów que vivieron de niñas la expulsión. Ellas contaron cómo fue la operación tras la cual en el pueblo sólo quedaron aquellos que estaban destinados a ser mano de obra barata y también aquellos que habían firmado la "lista del pueblo"
[Volksliste]. Describieron la terrible estancia en el campo de paso de Zamość, donde las personas fueron repartidas en distintas barracas tras una selección previa [véase documento nº 1: Informe de Maria Szewera, y documento nº 2: Informe de Wanda Bartoń]. Después tuvieron lugar las selecciones sucesivas que decidieron el destino posterior y terminaron a menudo con la separación de la familia. Algunos miembros fueron reasentados, como fue el caso de Wanda Bartoń que fue trasladada junto con su madre y uno de sus hermanos a un pueblo cerca de Garwolin, o el de Maria Szewera que fue hallada en Żelechów; los otros fueron deportados al Reich a realizar trabajos forzosos como Helena Cwener que fue llevada a una fábrica de munición de Berlín junto con sus padres [véase doc. nº 3]. Pero el destino más trágico fue el de aquellos que fueron deportados a Auschwitz donde a la mayoría de ellos les esperaba la muerte [véase doc. nº 4: Informe de Emilia Kostruba]. Según datos alemanes, más de 2.000 personas de la región Zamość fueron transportadas a Auschwitz, 768 de ellos en diciembre de 1942. Tal como contaron los testigos polacos, en este transporte se encontraban 48 jóvenes, 39 de los cuales fueron asesinados el 23 de febrero de 1943 con una inyección de fenol inyectada directamente en el corazón.
Las expulsiones duraron hasta junio de 1943. Un movimiento partisano cada vez más fuerte imposibilitó las sucesivas acciones de expulsión en el distrito de Zamość a los alemanes. Los partisanos atacaron a las unidades alemanas cuando éstas querían proceder al desalojamiento de estos pueblos, quemaron los asentamientos de colonos alemanes y perturbaron o impidieron la circulación ferroviaria. En los 17 meses que duró la revuelta de Zamość –desde el 31 de diciembre de 1943 hasta la completa expulsión de los alemanes –, tuvieron lugar aproximadamente 850 luchas y combates.
Pero las consecuencias para la región de Zamość fueron suficientemente devastadoras. En total fueron desalojados o »pacificados« 290 pueblos. 120.000 personas fueron evacuadas; 30.000 de ellas eran niños de los cuales unos 13.000 murieron y 4.500 fueron deportados a Alemania para someterse a la »germanización«.
Entre los muchos informes que reunió el autor faltan solamente los testimonios de aquellos que, aunque quizás sobrevivieron, nunca pudieron regresar. Miles de niños de edades comprendidas entre algunos meses y algunos años fueron destinados a la »germanización« y fueron arrebatados a sus familias de forma violenta. Su lugar de residencia en Alemania fue mantenido en secreto, en los papeles se borraron todas las huellas de su procedencia. Aunque en algunos casos se logró proteger a los “niños robados” de su deportación definitiva – la población polaca robó o “compró” a una parte de ellos a lo largo del trayecto por donde pasaban estos trenes fantasmas –, muchos de ellos no recuperaron nunca su identidad.