Desde 1966, el Círculo Regional de la Juventud Mecklemburgo-Pomerania Occidental organiza excursiones en bicicleta por regiones históricamente significativas. A lo largo de las rutas que recorrían las marchas de la muerte, los jóvenes dan con rastros y lápidas de los prisioneros de Ravensbrück y Sachsenhausen. Además, visitan el memorial de Wöbbelin y Neustadt-Glewe. De esta forma, el proyecto combina el aprendizaje histórico con el conocimiento de la naturaleza, la práctica de deportes y a la recreación.
¿En qué se fundamenta esta forma diferente de aproximarse a la formación cívica extraescolar de jóvenes y a los memoriales? Los titulares de los medios en torno al tema “juventud” parecen motivo suficiente para intensificar la formación cívica extraescolar. Sin embargo, si se parte sólo de este contexto, se corre el riesgo de que este tipo de actividades sea vista como una especie de “terapia para todo objetivo” y que se la instrumentalice en función de los actuales problemas sociales.
¿Cómo se accede a los jóvenes? La formación cívica debe tener un perfil de apertura, debate, diálogo y autenticidad más marcado aún que en otros casos, y desarrollarse en un espacio que no esté signado por la autoridad o el didactismo. Asimismo, debe abrir posibilidades de cambio social que sea compartido con adultos. Desde esta perspectiva es imperioso apuntar a la cooperación y articulación de las áreas educativas; también resulta necesario abarcar en el análisis los entornos de vida locales y regionales, así como crear espacios de encuentros políticos y dar lugar a procesos de negociación. Para cumplir con estos objetivos, es necesario que las organizaciones abocadas a la formación cívica de jóvenes sumen sus esfuerzos. Este es el camino que intentaron emprender conjuntamente el Círculo Regional de la Juventud, organización que nuclea a las organizaciones no gubernamentales dedicadas a los jóvenes, y el proyecto “Trabajo en los memoriales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental” en la Academia de Schwerin e.V.
Ofrecimos excursiones en bicicleta a través de la región de Lewitz, al sur de Schwerin, capital del estado federado, y también por la península de Darss y la zona de pesca en la ribera del Mar Báltico. Los tours están pensados para despertar interés en esta región, en su historia, en los sucesos vividos y en sus protagonistas. Los sitios históricos de la época del nacionalsocialismo y la relación con estos espacios hasta la actualidad, son el eje de estas visitas. El objetivo es estimular el diálogo sobre el pasado y la relación con esas épocas.
En el primer viaje por la región de Lewitz conocimos un paisaje paradisíaco lleno de bosques, campos de pastoreo, canales y lagos. En la capital del estado federado, Schwerin, los participantes hallaron lápidas que conmemoran las marchas de la muerte de los prisioneros del campo de concentración de Ravensbrück y Sachsenhausen, visitaron el memorial de Wöbbelin y el terreno de la sede externa del campo de concentración en Neustadt-Glewe. En Neustadt-Glewe nos sorprendió la forma casi encubierta en que se hace referencia a este lado oscuro de la historia local. Encontramos también restos edilicios del campo de concentración. En Wöbbelin nos informaron que un tramo de la vía de alta velocidad planificada para el “Transrapid” entre Hamburgo y Berlín pasaría por el terreno del ex campo de concentración. Ese fue otro de los factores que nos llevaron a concentrarnos en el terreno original del campo. Para los participantes de la excursión, resultaba bastante sorprendente descubrir qué destino se da en la actualidad a los sitios que el nazismo utilizó para perpetrar sus crímenes. En tiempos de la República Democrática Alemana, estas dos sedes no jugaban ningún papel en el trabajo conmemorativo local. Este viaje nos inspiró para llevar a cabo un campamento de trabajo en Wöbbelin, destinado a registrar los restos del campo de concentración. A comienzos de octubre de 1997, esta idea se vio exitosamente traducida en hechos.
En un segundo tour por la región del Darss y por la zona de pesca también quisimos “aprehender” el paisaje y profundizar nuestros conocimientos históricos. En este viaje logramos una mejor aproximación a la historia a través de vivencias reales. Esta iniciativa debemos agradecérsela a Helga Radaus de Barth y al Párroco Apel de Zingst. Ambos lograron contactar testigos de los acontecimientos históricos de aquella época, que se prestaron a contestar las preguntas de los participantes.
En Barth visitamos el monumento dedicado a las víctimas del campo de concentración de Barth y la lápida del Stalag Aéreo 1. En Zingst, una población sobre el Darss, recabamos alguna información sobre el destino del Padre Gerhard Krause, tomado prisionero en 1944 por los nacionalsocialistas. Dietrich Bonhoeffer también había sido encerrado en Zingst y allí entró en contacto con el Padre Krause.
Para nuestra sorpresa, en Zingst una persona del lugar nos mostró un álbum de fotos de los años treinta y un trabajo sobre la historia del pueblo. Con estos materiales pudimos construir una imagen vívida del sitio histórico en el que Dietrich Bonhoeffer y Kurt Gerstein estuvieron por poco tiempo. El destino de Gerstein despertó particular interés; miembro activo de la Iglesia Confesora, había entrado durante la guerra a la SS para hacer públicos sus delitos. Sin embargo, finalmente Gerstein fracasó, ya que en el exterior nadie quería enterarse sobre la verdadera situación que se vivía en los campos de concentración. Para los participantes fue inolvidable la visita al Parque Nacional Nordpommersche Boddenlandschaft sobre el Darss, a la hora de un crepúsculo espectacular. El viaje se extendió por Ahrenshoop y Gelbensande hacia Roevershagen, escala final del viaje.
A modo de autocrítica, los organizadores deben señalar que la participación en estas excursiones en bicicleta fue menor de lo esperado, para lo cual hay múltiples razones. Sin embargo, la propuesta que nos planteamos para 1998 es trabajar con grupos fijos, ya que las convocatorias abiertas han tenido poco eco. En lo que respecta a los participantes, desde el comienzo quedó de manifiesto que el trabajo en torno a este tema resultaba un disparador de interés. Al mismo tiempo, en vistas del kilometraje a recorrer, la motivación era un elemento necesario. Los tours estuvieron caracterizados por el intensivo trabajo temático, así como por el interés en buscar rastros de la historia y discutir sobre las experiencias realizadas. Cabe destacar asimismo que ambas actividades se llevaron a cabo en el marco de un agradable clima grupal. En el transcurso de los fines de semana, no faltaron humor y un ambiente distendido.