Desde el año 1991, jóvenes de diferentes edades trabajan en el memorial de Buchenwald para recuperar lo que otrora fue la estación de tren; también restauran tramos de las antiguas vías. Esta labor representa una nueva forma de encarar el trabajo formativo con jóvenes, que también incluye los workcamps, campamentos donde participantes de varios países desarrollan tareas en conjunto. El trabajo fue documentado por medio de una exposición; también se colocó un panel informativo en la ex estación ferroviaria de Buchenwald.
Buchenwald fue construido en 1937 como campo de concentración para los opositores oriundos del territorio del Reich y en vistas de la inminente guerra, de los países europeos que irían a ser conquistados. Además del campo, había un cuartel de entrenamiento para la SS; a partir de la primavera boreal de 1943, funcionó allí la fábrica "Gustloff II", en la que miles de prisioneros debieron trabajar en la producción de armamento. Desde la perspectiva de la SS, se volvía imperioso unir lo antes posible dicho complejo con la red ferroviaria alemana. El 26 de febrero de 1943, Heinrich Himmler, máximo jerarca de la SS, visitó Buchenwald y ordenó comenzar el 15 de marzo con la construcción de una línea ferroviaria que uniera Weimar con Buchenwald sobre la base de los primeros planos ya elaborados; se suponía que los 10 kilómetros de vías debían estar terminados apenas tres meses después, el 21 de junio. El objetivo es que ese tendido sirviera en primer lugar a las unidades de la SS estacionadas en Buchenwald y a las necesidades de la producción armamentística en la fábrica "Gustloff"; no tuvieron demasiada incidencia en la decisión las necesidades de transporte del campo de concentración. El proyecto fue impuesto con despiadada dureza; muchos prisioneros perecieron agotados por los turnos de doce horas de trabajo. El tendido de las vías se completó en la fecha establecida. Hubo un festejo y condecoraciones para los oficiales de la SS, los prisioneros tuvieron el primer día libre en semanas. Sin embargo, el tramo había sido construido de manera tan defectuosa que las vías se rompían debajo de los trenes y los vagones se descarrilaban. En consecuencia, los prisioneros tenían que volver a tender las vías una y otra vez bajo condiciones extenuantes. [ver Documentos]
A través de la integración con la red ferroviaria alemana, se podían transportar los materiales para la fábrica y los traslados masivos de personas. Más de 120.000 prisioneros llegaron a Buchenwald a través de la estación; muchos fueron vueltos a trasladar a otras dependencias o campos de concentración para su "aniquilamiento a través del trabajo".
Desde aquí también se deportaron prisioneros hacia la muerte en Auschwitz; luego se agregaron los traslados masivos desde otros campos de concentración que eran desalojados ante el avance del Ejército Rojo para que el enemigo no encontrara testigos de los crímenes y también para obtener más mano de obra para la producción armamentística en la fábrica local.
A principios de abril de 1945, poco antes de que huyera la mayoría de los guardias, la SS obligó a muchos prisioneros de Buchenwald a sumarse a los traslados de evacuación que poco después terminaron en las "Marchas de la muerte". Fue así como un número no comprobable de prisioneros cayó víctima del terror de la SS poco antes de la liberación.
Tras el fin de la guerra, la vía ferroviaria fue usada sólo de manera esporádica. Los edificios de la estación, fuertemente dañados por un ataque aéreo británico en agosto de 1944, nunca fueron restaurados. Sólo se dispone de pocas e incompletas informaciones sobre el uso de las vías en combinación con el "Campo especial 2" de las tropas de ocupación soviéticas entre 1945 y 1950 y para la construcción del memorial en 1958. Algunas de las vías fueron levantadas hacia fines de los años cuarenta en el marco de las acciones de reparación. En las décadas posteriores, los restos de la estación y los andenes cayeron en el olvido, una densa vegetación cubrió las zonas de carga y descarga, los andenes y los cimientos. En tiempos de la RDA y a pesar de los deseos de los ex prisioneros, no se siguió adelante con la idea de recuperar los edificios de la estación para que formaran parte del memorial de Buchenwald y pudieran ser integrados en las visitas guiadas oficiales. Hasta el día de hoy, el bosque ha cubierto gran parte de las vías antiguas. Hay sectores del antiguo complejo ferroviario al borde del desmoronamiento total. La mayor parte de los durmientes se ha podrido, las piezas metálicas están oxidadas; la lluvia y la nieve destruyen los restos de mampostería y muchos adoquines fueron robados.
Desde el año 1990, la estación de Buchenwald se ha transformado en el centro de una serie de proyectos encarados con jóvenes. Como consecuencia de las recomendaciones de un comité asesor de historiadores para la reorientación del memorial, se buscaron nuevos enfoques para el trabajo formativo con gente joven. Fue así como en 1991, jóvenes de distintas edades y nacionalidades comenzaron a trabajar, en el marco de visitas escolares y de campamentos de trabajo, para quitar malezas y escombros a fin de despejar el predio y volverlo transitable. Desde entonces, en sucesivas etapas se ha ido recuperando un área considerable de la antigua estación.
La consigna de trabajar para que el paso del tiempo no borre las huellas del pasado se aplica de manera literal en este proyecto. La labor permite que tanto los jóvenes participantes como los futuros visitantes vean de manera más clara la compleja historia del campo. En este sentido, los jóvenes han estado trabajando contra el deterioro y el olvido y a la vez, se han confrontado con el pasado alemán. Al mismo tiempo se volvió más visible un componente importante del campo. Las experiencias recogidas hasta el presente permiten observar que el trabajo concreto en el lugar de los hechos ha llevado en el seno de los grupos a intensas confrontaciones con la historia de la estación, de manera que los participantes se sensibilizan respecto del contexto histórico.
La recuperación del predio no sólo permitió rescatar testimonios que hasta la fecha estaban ocultos bajo la tierra, sino que también dejó al descubierto el grado de deterioro de las instalaciones. Gracias a los esfuerzos compartidos por el memorial, el presidente del ferrocarril de Turingia, la Confederación Alemana de Sindicatos y el Sindicato Ferroviario de Alemania se ha logrado llevar a cabo trabajos de mantenimiento en los años 1993 y 1994. Más de treinta aprendices del centro de capacitación Neudietendorf, perteneciente a la empresa Naumburg, especializada en construcción de vías ferroviarias, despejaron las vías, completaron el balastado y reemplazaron los durmientes deteriorados por otros antiguos pero en buen estado. También se conservaron las piezas y los componentes de metal encontrados. Todos los trabajos fueron realizados por los aprendices guiados por sus docentes en el marco de su formación profesional. La dificultad particular del proyecto consistía en la tarea de mantener la instalación original por su valor histórico. Por eso se desistió de emplear tecnologías modernas para la recomposición de las vías. A pesar de los trabajos de restauración, no se movió del lugar ningún elemento como vías o platabandas; tampoco se reemplazaron los clavos antiguos por otros nuevos. Todos estos cuidados fueron imprescindibles para respetar el carácter de monumento histórico. Hasta la fecha, se han despejado dos vías de 120 metros de largo, la antigua rampa y un cruce de andenes adoquinado. Para fines informativos, se colocó un panel con una antigua fotografía de la estación. Muchos grupos de visitantes llegan en sus recorridos hasta este lugar donde para más de 120.000 prisioneros, comenzaba la última etapa del tramo que llevaba al campo de concentración de Buchenwald. En el marco del espacio de encuentro para jóvenes creado en el memorial, también está previsto realizar otros campamentos de trabajo dedicados a mantener el predio de la estación.
Para informar a los visitantes del centro conmemorativo, el 23 de marzo de 1995 se colocó en el edificio de la antigua estación de tren de Buchenwald un panel con el siguiente texto:
"Este tramo de vías fue recuperado gracias al trabajo de varios grupos de estudiantes y de workcamps internacionales. Jóvenes constructores ferroviarios llevaron a cabo intensos trabajos de mantenimiento en los años 1993 y 1994 en los que se reemplazaron los durmientes de madera. Este proyecto ha recibido el apoyo del presidente del ferrocarril de Turingia, de la Confederación Alemana de Sindicatos, distrito de Turingia, del Sindicato Ferroviario de Alemania, distrito de Turingia, de la empresa constructora Naumburg/centro de capacitación Neudietendorf, subsidiaria del Ferrocarril Alemán, y del espacio de encuentro para jóvenes del memorial de Buchenwald."