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La música en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück

Sources

Detalles
Lugar/Estado: Mecklemburgo-Pomerania Occidental
ESCUELA: Instituto Carolinum de Neustrelitz
DIRECCIÓN DEL PROYECTO: Dr. Gabriele Knapp
Edad: 16 de 8 años en adelante
País/Países: Germany
Asignatura: Historia, Música, Taller interdisciplinario

Actividades
Aprender a través de la investigación en memoriales
Componer música
Elaborar un guión
Entrevistar testigos de la época
Producir un vídeo
Reconstruir biografías
Testimonios de testigos de la época
Trabajo independiente en pequeños grupos

Temas
Arte en campos de concentración
Campos de concentración
Cultura del recuerdo
Día conmemorativo
Liberación
Música de los campos de concentración
Ravensbrück
Resistencia
Sobrevivientes

Alumnos y alumnas de Neustrelitz tratan el tema de la importancia de la creatividad para la supervivencia en el campo de concentración de Ravensbrück a través de informes sobre vivencias personales y biografías. En el foco de atención se encuentra la profesora de música checa Ludmila Peškařová y las canciones que ella compuso en el campo. Los alumnos y alumnas compusieron y estudiaron fragmentos musicales que presentaron en lugares seleccionados del centro conmemorativo. Con ocasión del 60 aniversario de la liberación de Ravensbrück interpretaron canciones y poemas en la escuela y entregaron a los supervivientes que habían sido invitados el prospecto elaborado por ellos mismos sobre el proyecto.

Jornadas del proyecto del curso de música de junio de 2004 en Ravensbrück

Doce alumnas y alumnos del curso de música del curso 9°, 10° y 12° del Instituto Carolinum participaron con su profesor de música en el centro recordatorio y conmemorativo en jornadas del proyecto del 21 al 24 de junio de 2004. Durante este periodo de tiempo vivieron en un albergue de juventud situado cerca del recinto del campo. Trajeron sus propios instrumentos.

El punto esencial de su trabajo fue la confrontación con la música como ayuda para la supervivencia en la vida cotidiana de las mujeres presas. Antes de las jornadas del proyecto, los jóvenes habían realizado una visita guiada por el recinto del campo de Ravensbrück, algunos habían participado numerosas veces en el centro conmemorativo o en proyectos sobre otros temas.

El primer día del proyecto

La primera jornada en el centro conmemorativo se basó en el lema "Encuentro con el lugar". En el punto central del día estuvo el reconocimiento del recinto del campo y una visita guiada referida a la música. En lugares escogidos acerca de los cuales los jóvenes obtuvieron informaciones exhaustivas sobre su función e historia, leyeron citados de informes sobre recuerdos personales de las testigos de la época en los que la música juega un papel, por ejemplo, el cantar forzado en la calle del campo. De esta forma se estableció de forma automática una conexión entre el antiguo campo de concentración y las vivencias personales de algunas de las mujeres presas allí o de un grupo de reclusas.

El segundo día del proyecto

El segundo día del proyecto tuvo como tema "Vida cotidiana en el campo de concentración de Ravensbrück". A través de los dibujos, manualidades, pequenos libros y objetos de arte procedentes del campo los jóvenes aprendieron qué importancia tenía la creatividad para la supervivencia en el campo pero también qué peligros suponía por ejemplo querer hacerle un pequeño regalo a una amiga del campo para su cumpleanos, A continuación profundizaron en la biblioteca en informes de vivencias de testigos de la época buscando especialmente situaciones relacionadas con la música y copiando estas hojas.

Tras este tratamiento más bien teórico de la música en la vida cotidiana del campo, los jóvenes quisieron conocer notas musicales del campo y componer música ellos mismos. Nos dedicamos a analizar la vida de la profesora de música checa Ludmila Peškařová que en Ravensbrück compuso canciones que escribiría tras su liberación. Algunas de las canciones fueron grabadas en el año 2003 en un CD que nosotros pudimos oír juntos. Después se formaron pequeños grupos que eligieron notas de fragmentos musicales de Ravensbrück para estudiarlas. Las presentaciones debían ser grabadas en video. A los jóvenes se les encargó además la tarea de escribir un "guión" para su presentación en base a las preguntas centrales siguientes y pronunciar algunas palabras introductorias antes de la música.

Preguntas centrales

  • ¿Qué notas habéis escogido y por qué?
  • ¿Qué informaciones tenéis sobre vuestras notas?
  • ¿En qué lugar del recinto del campo podría presentarse vuestra obra?
  • ¿Dónde vais a tocarla y por qué precisamente allí?
  • ¿Qué sabéis del lugar/situación en Ravensbrück, en el que/ la que vuestra obra podía escucharse en tiempos del campo? Si no lo sabéis, procurad dichas informaciones.
  • ¿Cómo interpretáis vuestra obra? ¿Cómo os gustaría que se entendiera?
  • ¿Queréis expresar un estado de ánimo concreto?

 

Los días tercero y cuarto del proyecto

Obras musicales de los alumnos/as - Pruebas y presentaciones

Una grupo de músicos con dos guitarras, instrumentos de percusión, clarinetes y flautas traveseras se trataron al principio una canción de Ravensbrück que les resultó demasiado triste. Sin embargo su obra debía dar esperanza. De esta forma compusieron una melodía propia a partir de la cual hicieron improvisaciones y llamaron a su obra "La esperanza muere en último lugar". Se colocaron delante del búnker porque se imaginaron que su obra podría poner de manifiesto la esperanza que sentían las presas cuando miraban el lago desde las rejas de las ventanas de las celdas y pensaban en su liberación.

Un alumno tocó al acordeón una canción polaca con el título "Modlitwa obozowa" (El rezo del campo), que la superviviente Wanda Poltawska calificó como la canción preferida de las mujeres polacas. Al alumno dicha canción le resultó muy triste, por ello transformó el tono de mayor a menor. En recuerdo a las presas polacas él la quiso tocar en el lugar conmemorativo del edificio de las celdas. Debido a las desfavorables condiciones luminosas nos trasladamos a la sala de la tranquilidad y meditación en la que sólo se encuentra una pequena estatua, una piedad sobre un pedestal. Este alumno se imaginó que al son de esta canción similar a una marcha las reclusas podrían salir por el portal como liberadas.

Tres alumnas , acompañadas de otra al piano eléctrico, presentaron la conocida canción nocturna "La luna ha salido" que las mujeres presas a veces cantaban por la noche en uno de los bloques para dirimir la intranquilidad y poder dormir. La presentación de las alumnas tuvo lugar en un antiguo garaje de las SS, en el que actualmente se puede contemplar la exposición permanente "Die Sprache des Gedenkens. Zur Geschichte der Gedenkstätte Ravensbrück 1945-1995" ["El lenguaje del recuerdo. Sobre la historia del centro conmemorativo de Ravensbrück 1945-1995"]. Este lugar tiene una acústica estupenda que permitió que las voces de las jóvenes mujeres se escucharan claramente. Se colocaron delante de la bandera hecha por antiguas presas austríacas a partir de los triángulos rojos de las reclusas.

Dos alumnas acompanadas de flauta travesera y violín quisieron tocar delante de una antigua celda individual del búnker el poema "A mis hermanos de los campos de concentración" de la luchadora de la resistencia austríaca Käthe Leichter, poema al que Ernst Strauss le puso música para dos violines a finales de los sesenta. Una de las voces había sido transcrita para flauta travesera. Tres alumnas que se habían dedicado a una canción de la checa Ludmila Peškařová y al contexto en el que fue creada querían presentar su obra "Moravo, moravo" en la plaza de pase de lista porque Peškařová la escribió pensando en este lugar. La tocaron para conmemorar este momento imaginándose al mismo tiempo que las presas tenían la esperanza de ser liberadas pronto del campo. A causa del fuerte viento y de la mala calidad de la grabación repitieron su presentación en la exposición permanente "Ravensbrückerinnen" ["Mujeres de Ravensbrück"] en la antigua comandancia de las SS.

El que quería tenía la posibilidad de contemplar una grabación de la propia presentación al final de los días del proyecto. Algunos de los alumnos y alumnas estaban visiblemente emocionados de verse a sí mismos tocando música o cantando.

Después de las vacaciones de verano nos encontramos de nuevo en su escuela para mirar juntos todas las grabaciones en video y fotos y volver a comentar sus experiencias y vivencias de los días del proyecto. Esta fue la primera parte del proyecto.

Continuación del proyecto en la clase de historia

A esto siguió el trabajo con el curso de historia que bajo mi dirección investigó de forma independiente en biografías de antiguas mujeres músico de Ravensbrück.

Ambos grupos participaron en abril de 2005 en el acto que se organizó con motivo del 60 aniversario de la liberación en el aula de la escuela bajo el lema "Los alumnos invitan". Nosotros elaboramos un prospecto de noventa páginas con fotos y los resultados de las investigaciones de los alumnos como presente a los setenta supervivientes de Ravensbrück invitados y a sus familiares. En el transcurso de este emotivo acto los alumnos y alumnas presentaron canciones y poemas del campo. Los supervivientes se unieron al canto de forma espontánea y visiblemente emocionados. Los alumnos presentaron el proyecto en un show multimediático y leyeron fragmentos de recuerdos de testigos de la época, es decir, los alumnos y alumnas mismos evocaron los recuerdos. Fue una experiencia emocionante teniendo en cuenta que entre el público había mujeres que habían vivido lo que se relataba y que habían cantando estas canciones en el campo.

Este proyecto histórico-musical ganó como proyecto parcial el primer premio dotado con 1000 euros del concurso "um den Goldenen Floh 2005", un premio para promocionar el aprendizaje práctico en Mecklenburgo – Antepomerania. Además ganó el premio "Daniel-Sanders-Kulturpreis 2005" del distrito Mecklenburgo-Strelitz, dotado con 5000 euros.

Valoración crítica de los días del proyecto

En la exposición de proyectos conmemorativos realizados con alumnos y alumnas se presentan narturalmente de forma preferente las páginas que han tenido éxito. Lo que ha resultado difícil o no han funcionado se omite en la mayoría de los casos. Sin embargo, un análisis de ello es importante desde un punto de vista pedagógico a fin de poder planificar proyectos futuros.

Aparte de los problemas organizativos, al inicio del proyecto me sorprendieron sobre todo las respuestas de los alumnos a mi pregunta de qué expectativas tenían puestas en el proyecto. Ellos indicaron que no querían hablar de trasfondos políticos de historia del nacionalsocialismo o del campo ni tratar teoría árida y aburrida. Fue sorprendente que no quisieran hablar sobre los horrores del campo, sobre métodos asesinos o sobre la muerte en general. No quisieron realizar una visita guiada (de nuevo) por el campo ya que ya lo habían hecho con anterioridad. Tampoco querían volver a ver el crematorio. No querían tener que trabajar durante mucho tiempo ni estar tristes. No querían bañarse o montar en bote en Schwedtsee que se halla junto al centro conmemorativo (Las personas familiarizadas con el lugar no se bañan en el lago por motivos piadosos).

En lugar de ello las alumnas y alumnos querían mayoritariamente obtener informaciones sobre la música en el campo de concentración y tratar el tema desde un punto de vista práctico-musical.

Les interesaba el programa de su tiempo libre: algunos querían ver la película "La lista de Schindler" (Esta propuesta vino de parte de la escuela y del profesor; yo lo había desaconsejado ya que consideraba que los alumnos debían distanciarse del tema en su tiempo libre). Una noche quisieron ver los mundiales de fútbol (Alemania jugaba), ir a tomar un helado y divertirse.

En la noche del primer día del proyecto reflexioné acerca de las respuestas de los jóvenes y me pregunté: ¿se puede participar en unas jornadas de un proyecto en un antiguo campo de concentración sin querer o tener que sentirse oprimido? ¿Se puede transmitir la historia del nacionalsocialismo y del genocidio sin oprimir a los demás? ¿No debería estar prohibido divertirse en un lugar relacionado con el sufrimiento y la muerte?

Otros factores que influenciaron los cuatro días fueron el mal tiempo que dificultó las actividades exteriores en el recinto del campo, y la composición del grupo: la heterogénea estructura de edades, es decir, con alumnos de tres diferentes cursos, formación de grupos en base a factores como la simpatía o antipatía; el no conocer a los demás; diferentes aptitudes musicales.

A veces fue problemático sintonizar los intereses del profesor con los míos.

Para la dinámica del grupo resultó molesto que algunos alumnos tuvieran compromisos en otros lugares que no se podían aplazar (ensayos para un concierto, exámenes de piano) y que se ausentaran con permiso del profesor. Él mismo tuvo que ausentarse durante medio día. Todo esto originó una cierta intranquilidad y tuve que modificar el concepto que había planeado varias veces e incluso que acortarlo en gran medida.

También en el tiempo libre, en el que el profesor acompañante ejercía la vigilancia, se desarrolló una dinámica propia. Algunos jóvenes infringieron reiteradamente el reglamento del albergue lo que disgustó mucho al profesor. De esta forma aquella manana el grupo tuvo que ser preparado de nuevo para tratar el tema tras lo sucedido por la noche.

La última manana los jóvenes no estaban dispuestos a realizar una última charla de conclusiones ya que algunos de ellos estaban algo revueltos a causa del mal ambiente en el grupo y de la enrarecida relación con el profesor. A fin de rebajar la tensión en el grupo, repartí unos papeles y les dije que escribieran lo que les había molestado en los últimos cuatro días, lo que nos les había parecido bien, de lo que se iban a acordar en las vacaciones de verano y lo que no querían volver a recordar.

Algunos llenaron varias páginas! Después metimos los papeles en una caja de zapatos y la quemamos como si cumpliésemos con una especie de ritual de purificación que supuso un gran alivio para todos nosotros.

Después de estas jornadas tan agotadoras para todos los que participamos en ellas valoré para mí mismo y ensalcé ante ellos el rendimiento que habían realizado los jóvenes. Habían escogido estas jornadas en Ravensbrück a pesar de que tenían otras alternativas aparentemente "más atractivas", como por ejemplo, participar en un curso de vela en el Müritz, ir de excursión o ayudar en un trabajo en el espacio natural protegido de Mecklenburgo-Antepomerania.

Dado que me interesaba mucho saber cómo habían pasado las vacaciones de verano tras su experiencia en el centro conmemorativo, organicé un encuentro en la escuela con el grupo del proyecto dos meses más tarde a fin de poder ver con ellos las grabaciones en video de sus presentaciones y obtener una visión retrospectiva desde la distancia. Los jóvenes se mostraron conformes en responder algunas preguntas sobre los días del proyecto por escrito de forma anónima.

Me sosprendió lo claramente que supieron nombrar lo que les había dejado un buen o un mal recuerdo. Aparentemente - y en contra de mis temores- algunas cosas habían surtido efecto. Desgraciadamente debido a al ajetreo del ritmo escolar no fue posible que tuviera lugar una valoración de las jornadas del proyecto con los profesores y profesoras que habían participado en ellas.

Resultados de la encuesta de los alumnos y alumnas sobre sus experiencias durante los días del proyecto sobre el tema "La música en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück"

¿Qué es los que más te ha gustado de los días del proyecto?

A las mayoría le gustó especialmente que nos dedicásemos a la temática de la música en los campos de concentración trabajando en grupos de forma musical. El hecho de que por una parte trabajasen juntos pero también de forma independiente fue percibido como positivo ya que de esta forma se dio "un reparto flexible del trabajo". También tuvo mucho éxito la visita a la biblioteca y la posibilidad de contemplar los objetos depositados en el almacén como dibujos, trabajos manuales, etc.

¿Qué es lo que no te ha gustado tanto?

Las alumnas y alumnos se mostraron inseguros al principio porque no se les expuso claramente cuál eran los objetivos de los cuatro días.
Un trabajo de proyecto o clase de estructura abierta no es muy habitual para los alumnos ya que ellos están más acostumbrados a una clase dirigida y no saben qué hacer cuando pueden trabajar libremente a su aire. Les hubiera gustado tocar música desde el principio sin tener que tratar de forma teórica en primer lugar la historia del campo y la vida cotidiana en el campo. A algunos no les gustó el grupo en el que estaban o los métodos (pintar en grupo) que yo apliqué. Algunos se quejaron de que hubo demasiado poco tiempo para ensayar las obras musicales.

¿Qué has echado de menos durante las jornadas del proyecto?

Esta pregunta no fue entendida por los alumnos en el sentido que yo le había dado, es decir, en relación a nuestro trabajo. Por este motivo hubo respuestas interesantes. La mayoría de las respuestas pusieron de relieve que habían echado en falta su entorno social más familiar (la familia, los amigos, compañeros de clase). Hubieran necesitado tener una sensación de "estar en casa" a fin de poder reducir la presión que les causaba el tratamiento de la temática del campo de concentración. (De esta forma se encontró una explicación a que algunos quisieran encontrase con sus amigos por la noche, lo que infringía el reglamento, o que se tuviesen que hacer citas "urgentes" en el periodo de los días del proyecto, que permitían ver a personas conocidas y poder ir a otros lugares -lejos del centro conmemorativo-. Dos chicas pudieron ir a ver a menudo a sus madres que trabajan en el centro conmemorativo. ) Algunos echaron de menos más tranquilidad y un trabajo en grupo constante a causa de los cambios así como de las ocupaciones en otros lugares.

¿Has vuelto a pensar en los días del proyecto durante las vacaciones?

Todos los alumnos y alumnas habían vuelto a pensar durante las vacaciones de verano en el periodo que habían pasado en el centro conmemorativo y habían hablado de él con otras personas. La mayoría de ellos recordaba la música aprendida en el grupo e incluso la tocaban para sí mismos en casa y mostraban a otros las notas y los textos de las canciones. Un alumno había pensado en las investigaciones, otro en las noches en las habitaciones de las antiguas vigilantes de las SS. Me dieron los siguientes consejos para futuras jornadas de proyecto: volver a componer música y presentar la música estudiada. No sólo tocar notas sino trabajar los propios sentimientos. Volver a ofrecer la posibilidad de contemplar el archivo, el almacén y la biblioteca así como las notas de la época del campo.

¿Cuál consideras que sigue siendo tu papel/ tus objetivos en este proyecto musical?

Me alegró saber lo que el proyecto había aportado a los alumnos y alumnas: contarían a otras personas que en el campo de concentración se tocaba una especie de música, tocarían su canción a otros para hacerles reflexionar. Pensaban transmitir a otros sus experiencias de que la música ayuda a superar problemas y miedos. La mayoría de ellos planeaban participar de formar activa en el acto "Los alumnos invitan", y así lo hicieron.

Reflexiones sobre la cultura del recuerdo con música

Un objetivo del trabajo del recuerdo con ninos y jóvenes de la ya ahora cuarta generación consiste en aspirar a una "educación para la autoreflexión" (Adorno). Los métodos didáctico-pedagógicos que se dirigen a las personas en su totalidad, suelen facilitar el acceso a temas como el nacionalismo y genocidio sin que el trabajo del recuerdo pierda en seriedad. Según mi opinión, el medio de la música en el trabajo de formación histórico-política ofrece esta posibilidad siempre que se aplique de forma adecuada ya que los jóvenes suelen tener una gran afinidad con la música. Esta "función puente" hacia la historia también la ofrecen otros métodos creativos como el trabajo teatral, la escritura creativa o las bellas artes.

Probablemente se desarrollará una cultura del recuerdo para niños y jóvenes en espacios extraescolares ya que el sistema escolar alemán dirigido a una formación formal apenas ofrece posibilidades para ello.

Sería fatal una cultura del recuerdo inmovilizada en rituales. Con ocasión del 60 aniversario de la liberación del campo de concentración del lugar recordatorio y conmemorativo de Ravensbrück se cantó en el marco de las festividades la canción de los soldados del pantano. Según lo que se conoce sobre la música de Ravensbrück, esta canción no jugó ningún papel entre las presas. Sin embargo, esta canción fue cantada, incluso por alumnos y alumnas que habían participado en las jornadas del proyecto de Ravensbrück y habían aprendido otras cosas sobre la música en ese campo. En ellos y en mí había algo que se resistía a cantar esta canción y a animar a las antiguas presas a cantarla un día después del acto ofrecido en la escuela donde muchas supervivientes habían participado de forma espontanea en el canto porque habían reconocido "sus" canciones del campo!

¿No podrán en el futuro los alumnos y alumnas tocar su propia música en actos conmemorativos sino aquella que les venga impuesta y que probablemente no tenga nada que ver con el lugar en el que cantan o tocan? Para mí eso sería el contrario de aquello a lo que la música debería contribuir, que es a un recuerdo vivo y que debe ser al mismo tiempo tomado en serio en el futuro.

¿Puede haber música en los lugares donde se han cometido crímenes? Si la respuesta es afirmativa, ¿no debería ser la música del recuerdo y la conmemoración lo contrario a lo que se ha dado hasta ahora en convenios y rituales de ceremonias conmemorativas? Una música así no debería obligar a participar en el canto; podría contrariar costumbres auditivas cómodas y conocidas, podría no ser considerada "bella"; una música así podría sonar extraña, poco habitual, debería revolver por dentro, intranquilizar, molestar, sí, podría llegar a rozar los límites de lo soportable.