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El último camino de los judíos de Białystok

Sources

Detalles
ESCUELA: Zespół Szkół Handlowo-Ekonomicznych im. Mikołaja Kopernika, Białystok
PROFESOR: Andrzej Smolarcyzk
Edad: 16 de 8 años en adelante
País/Países: Polonia
Asignatura: Historia, Taller interdisciplinario

Actividades
Elaborar una contribución para un concurso
Entrevistar testigos de la época
Establecer relaciones con la historia local
Investigar la historia local
Testimonios de testigos de la época

Temas
Ghetto
Resistencia

Cuatro alumnas de diecisiete años de Białystok decidieron reconstruir la historia del gueto de los judíos de Białystok de julio de 1941 a agosto de 1943 para participar en el concurso de historia de 1998 de la Fundación Bathory-Stiftung y el Centro Karta con el título “El acontecimiento más importante de la historia de mi ciudad natal. Testigos y testimonios”. Ellas encontraron a dos testigos presenciales que les ayudaron en la búsqueda de pistas y cuyas vivencias anotaron.

Historia de la ciudad durante la guerra

Białystok cambió durante la Segunda Guerra Mundial varias veces de ocupador. Tras haber sido tomada por los alemanes el 15 de septiembre de 1939 cayó pocos días después bajo dominio soviético en virtud del Pacto Hitler-Stalin de carácter secreto y del Tratado germano-soviético de amistad y fronteras. El 22 de junio de 1941, tras la ruptura de la alianza entre las dos potencias que anteriormente habían atacado a Polonia de forma conjunta, se inició la guerra germano-soviética y la ciudad fue ocupada de nuevo por los alemanes para ser liberada después -en julio de 1944- por el Ejército Rojo que instauró en este territorio un régimen del NKVD.

Cada una de estas etapas tomó un curso trágico para la historia de la ciudad y de sus habitantes. Pero el mayor drama fue el Holocausto. En dos años -desde la creación del ghetto hasta su completa destrucción, de hecho principalmente en el transcurso de pocas semanas a consecuencia de las acciones arriba mencionadas– 50.000 hombres, mujeres y niños judíos de Białystok perdieron la vida.Aunque en Białystok no faltan huellas que recuerden esos acontecimientos, las autoras del proyecto Katarzyna Czyżewska, Marta Jasińska, Anna Korniluk y Urszula Szałatowicz constataron con amargura que, en una ciudad cuya población había sido antes en un cincuento por ciento judía, sólo se podían encontrar dos personas que fueran judías y testigos oculares de la tragedia.

Informe del proyecto

En nuestra búsqueda de judíos de Białystok que hubieran sido testigos del Holocausto encontramos muchas dificultades porque ...no nos tomaban en serio. Sólo un profesor de la Universidad de Białystok nos habló de judíos que aún vivían en la ciudad. Por desgracia sólo eran dos. Uno de ellos no quería hablar con nadie sobre el pasado. Por el contrario el otro, Szymon Bartnowski, estuvo de acuerdo en encontrarse con nosotras. Quizás por el hecho de que él es representante de la Fundación Ronald S. Lauder-Stiftung y una de sus tareas es ocuparse de los cementerios judíos, los lugares de fusilamiento y las sinagogas, así como dar a conocer la cultura judía en Polonia.

Encuentro con Szymon Bartnowski

Szymon Bartnowski [véase foto n° 1] estuvo desde el principio en el Ghetto de Białystok, es decir desde julio de 1941, cuando fue creado, hasta febrero de 1943, antes de que huyera con los partisanos tras varios intentos fallidos de un grupo de jóvenes judíos y judías que oponían resistencia armada. Poco después fue ingresado en el hospital de Próżany con tifus donde fue detenido. Fue deportado a Auschwitz – entonces tenía 16 años – y permaneció allí tres años. Trabajó de fumista „en el destacamento de hornos de uso doméstico y no de hornos crematorios“, tal como él subrayaba. Tras la liberación del campo se fue a Berlín con el Ejército Rojo. Hasta que regresó a Polonia en 1946 padeció muchos sufrimientos.

El señor Bartnowski contó con detalle la historia de los judíos de Białystok desde la entrada de los alemanes en junio de 1941. El habló de cazas de personas, asesinatos bestiales y de los intentos de crear una resistencia armada. También consideró acontecimientos que habían ocurrido tras su huída: la disolución del ghetto en agosto de 1943 y la revuelta armada que tuvo lugar al mismo tiempo [véase doc. n° 1].

Encuentro con Jerzy Koszewski

El siguiente interlocutor con el que se encontraron las autoras fue Jerzy Koszewski [véase foto n° 2] que durante la guerra vivía en Białystok en la llamada parte aria cerca del gueto. De adolescente fue varias veces testigo de escenas drásticas que ocurrieron allí; él vio como el ghetto fue “disuelto” definitivamente. El señor Koszewski explicó lo que él mismo había vivido y lo que se le había quedado grabado en la memoria. Describió con detalle el infierno vivido por los judíos deportados [véase doc. n° 2].

De él surgió también la propuesta de guiar a las autoras por el antiguo recinto del ghetto y mostrarles los lugares en los que medio siglo antes había tenido lugar la tragedia. Con casi cada una de las calles de lugar se relacionaban acontecimientos dramáticos. El señor Koszewski les mostró placas y monumentos que pretendían recordar estos hechos.

Entre éstos se encontraba también el monumento a los judíos que fueron quemados vivos en la Gran Sinagoga. De la sinagoga, que se derrumbó tras el incendio, tan sólo se conservó la armadura del tejado que hoy asume prácticamente la función de un monumento [véase fotos n° 3,4].

Las autoras visitaron igualmente el lugar en el que encontró la muerte el luchador del gueto Icchok Malmed, y el lugar en el que se encontraba el edificio del Consejo Judío ; ellas se informaron, entre otras cosas, de por dónde se extendían los límites del ghetto y dónde se encontraba la puerta principal del gueto [véase foto n° 5]. El señor Kosczewski les enseñó también la casa en la que se habían defendido los últimos rebeldes judíos. De vez en cuando les mostró inscripciones o epitafios imprecisos e indicó números que habían sido redondeados o datos erróneos en placas y monumentos.

Las autoras siguieron también el camino a través del cual los alemanes habían hecho avanzar en columnas a los judíos destinados a la deportación agosto de 1943 [véase foto n° 6] y que se había convertido en su “último camino”. De esta forma llegaron al campo en el que los habitantes judíos de Białystok habían tenido que acampar durante días con el calor del mes de agosto, antes de ser conducidos en vagones de mercancia a Treblinka . La carretera a través de la cual tuvieron que andar, se llama hoy de otra manera, y en el campo se encuentra una central energética de calefacción. Quedan pocos testigos que - como el señor Koszewski – no pueden olvidar.