La Acción por la Reconciliación [Aktion Sühnezeichen] fue creada en 1958 en Berlín. En el marco de sus proyectos, los alumnos mayores de 16 años, los aprendices de escuelas de formación profesional y quienes optan por brindar servicios a la comunidad en lugar de hacer el servicio militar, tienen la posibilidad de confrontar con los crímenes del nacionalsocialismo prestando servicios voluntarios en campamentos internacionales de verano en Alemania y en el exterior. Dentro de este contexto y en memoria de las víctimas del nacionalsocialismo, los participantes llevan a cabo distintas tareas en los memoriales y brindan servicios de acompañamiento a sobrevivientes, discapacitados e inmigrantes.
Descripción del proyecto
La Acción por la Reconciliación fue creada en 1958 en Berlín-Spandau como organización de Alemania en su conjunto, dentro del marco de un sínodo de la Iglesia Evangélica Alemana. No obstante, la división de la nación obligó a crear sendas instituciones en cada estado alemán; aunque estaban abocadas a un objetivo común, en la práctica cada organización desarrolló diferentes ejes. En la República Federal de Alemania, el trabajo de la Acción por la Reconciliación/Servicios de Paz [ARSP, Aktion Sühnezeichen/Friedensdienste e. V., como comenzó a llamarse a partir de 1972] se caracteriza por la prestación de un servicio voluntario de uno o dos años en el exterior; en una etapa inicial, en proyectos destinados a la construcción, desde mediados de los años 60 en instituciones sociales y proyectos de paz. En la actualidad aproximadamente 140 voluntarios trabajan en Israel, Polonia, la República Checa, Rusia, Bielorrusia, Bosnia, Noruega, los Países Bajos, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y los EE.UU. (ver Documentos).
Los voluntarios brindan asistencia a sobrevivientes del Holocausto, discapacitados físicos y mentales, grupos sociales marginados e inmigrantes. También trabajan en memoriales y centros de capacitación dedicados a la memoria de las víctimas del nacionalsocialismo. En 1986 se traspasó a la ciudad de Oswiecim el Centro Internacional de Encuentro de la Juventud del Memorial y Campo de Concentración de Auschwitz, que fue construido por Acción por la Reconciliación/Servicios de Paz. La institución se lleva adelante a través de la cooperación polaco-alemana, y ha alojado y acompañado a miles de grupos de jóvenes de más de 20 naciones que visitan el memorial de Auschwitz. En materia del trabajo en torno a los memoriales en Alemania y Europa, la Acción por la Reconciliación/Servicios de Paz ha tenido un papel precursor, impulsando proyectos pedagógicamente innovadores para la formación cívica de los jóvenes.
Sobre el programa y concepto de la Acción por la Reconciliación / Servicios de Paz (ARSP)
Aprender de la historia
1. Hasta ahora, los alemanes nos confrontamos con la historia del nacionalsocialismo en forma directa, a través del contacto con sobrevivientes del genocidio, de sus parientes e hijos. El ejercicio de preguntar y aprender, así como el grado de colaboración y comprensión puestas en el encuentro con estas personas, es un componente central de los servicios de voluntariado de ARSP. Hoy en día, décadas después del fin de la guerra, y como consecuencia de las transformaciones en el este y el oeste, es posible desarrollar esos encuentros en múltiples formas y más allá de las fronteras.
2. Los memoriales dedicados a las víctimas del nazismo y otros centros de aprendizaje son irreemplazables a la hora de confrontar con el nacionalsocialismo y sus consecuencias. Es por eso que la ARSP se ha involucrado sostenidamente en la institucionalización de los memoriales y su desarrollo como sedes de formación cívica. Independientemente de compromisos institucionales y apropiaciones políticas, sería importante seguir incorporándose voluntarios que brinden servicios a corto o largo plazo en estas sedes. Por su contexto de vida y las preguntas que plantean, los voluntarios hacen un aporte esencial para el desarrollo conceptual de estos lugares: neutralizan la tendencia a convertirlos en museos.
3. La ideología nacionalsocialista condujo a que individuos, grupos y pueblos fueran discriminados, excluidos y asesinados. Sensibilizados por la historia del nazismo y sus efectos, los voluntarios trabajan en puntos álgidos de Alemania y del exterior, en donde exista serio peligro de que se manifiesten formas de marginación, discriminación y violencia racial.
4. Aun en la actualidad, las relaciones entre Alemania y sus antiguos enemigos de guerra, en especial aquellos que fueran invadidos por la Wehrmacht alemana, están signadas por las experiencias de esa época. La reunificación de Alemania, así como su papel protagónico en el proceso de integración europea evocan temores e inquietudes en muchos de nuestros países vecinos como consecuencia de la experiencia histórica vinculada a las ambiciones de poder absoluto por parte de Alemania. En ese marco, sigue siendo importante el servicio de los voluntarios de la ARSP. Su acción concreta es complementada por el intercambio personal en el que se manifiestan las preguntas y cuestionamientos de nuestros vecinos a las generaciones venideras en Alemania.
5. A través de la confrontación con las consecuencias del nazismo y con las manifestaciones actuales de discriminación, exclusión y racismo, la ARSP busca aproximarse a las personas que fueron víctimas de estas expresiones políticas a lo largo de la historia y en el presente. Esto exige una gran cuota de comprensión y sensibilidad, así como vastos conocimientos de historia europea por parte de los voluntarios. En muchos estados europeos, el ideario nacionalista está en franca expansión. Junto con sus contrapartes, la ARSP elabora aportes para una sociedad civil europea abierta. En este sentido, las experiencias de cooperación desarrolladas durante décadas constituyen una base alentadora .
6. La metodología del servicio de voluntarios de la ARSP se caracteriza por vincular las experiencias de aprendizaje teórico y práctico con una específica visión externa sobre la República Federal de Alemania y, con ello, del propio origen. Desde 1997 se intenta confrontar estas experiencias de los voluntarios que trabajan desde hace mucho tiempo, con la de aquellos provenientes de otros países; tal fue el caso en el marco del campamento de verano para voluntarios por períodos breves. La intervención de voluntarios extranjeros en proyectos desarrollados en Alemania en el ámbito de los memoriales, del asilo político y del antirracismo está ligado a un compromiso más profundo de la ARSP dentro de Alemania.
Sobre la historia de los campamentos de verano
En la República Democrática Alemana los campamentos de verano constituían el fundamento del trabajo de Reconciliación. Cabe señalar que la palabra alemana para "campo/campamento", "Lager", remite a los "campos de concentración", campos de trabajo o campos de castigo: tanto en aquel entonces como en el presente, los campos son lugares de muerte y desesperación, en donde las personas son hacinadas contra su voluntad y se ven expuestas a la miseria y la desgracia.
El hecho de mantener la denominación alemana para "campamento" en lugar de anglicismos o conceptos similares es intencional: remite a ese tipo de lugares y a las atrocidades concomitantes. Pero a la vez, la reunión y convivencia voluntaria de diferentes personas busca transformarse en símbolo de la vida y la reconciliación. La intención es que desde esos lugares signados por la muerte se transmita un mensaje de esperanza para un mundo sin violencia. El ruego por la paz tiene hoy tanta vigencia como en 1958, cuando el presidente Lothar Kreyssig convocó a la "Acción por la Reconciliación". Su trabajo comenzó en 1959 en los Países Bajos. Allí, algunos jóvenes voluntarios provenientes de ambas partes de Alemania quisieron intervenir en la organización de una Academia Social en Rotterdam. Los voluntarios de la República Democrática Alemana (RDA) no obtuvieron el permiso de las autoridades para salir del país, dado que los objetivos de la Acción por la Reconciliación se contradecían con la doctrina estatal. Tras prolongadas reflexiones y dudas, los participantes de Alemania Occidental decidieron llevar adelante el proyecto solos. La Acción por la Reconciliación tuvo que adquirir otras formas en la RDA. Pese a la mirada desconfiada de las autoridades, los campamentos de verano fueron concebidos y realizados como actividades de dos a tres semanas, en los que participantes de diferentes lugares del mundo convivían y trabajaban conjuntamente. Estos campamentos constituyeron el fundamento del trabajo de Acción por la Reconciliación en la RDA.
Con el tiempo, la cantidad de campamentos de verano fue aumentando; en 1970 eran unos treinta y la cifra anual se mantuvo a partir de entonces en ese nivel. El desarrollo estaba claramente marcado por las circunstancias políticas. En sus comienzos, los campamentos de verano en la RDA sólo eran posibles dentro de instalaciones de la iglesia, ya que la Acción por la Reconciliación tenía prohibido participar en proyectos públicos o comunales y trabajar en centros memoriales. Esta prohibición se fundamentaba en que la RDA era un Estado antifascista, y en virtud de esta manifiesta orientación, no le cabía asumir responsabilidades por las consecuencias del nacionalsocialismo. Desde ese punto de vista, la Acción por la Reconciliación sólo tenía razón de ser en la República Federal de Alemania.
A pesar de que oficialmente no era posible llevar a cabo campamentos de verano en los así llamados estados hermanos socialistas, una y otra vez se encontraron posibilidades dentro de pequeños grupos de llevar a la realidad la idea de la Acción por la Reconciliación. Así, en 1965 y en 1966 viajaron grupos de la Acción por la Reconciliación a Auschwitz, Majdanek, Stutthof, Gross-Rosen y Wroclaw en Polonia, y también a Lidice y Theresienstadt en la República Checa. Entre otras tareas que realizaban, los grupos ponían al descubierto la estructura de las antiguas cámaras de gas en el memorial de Auschwitz-Birkenau.
A pesar de múltiples invitaciones oficiales de los diferentes memoriales, en 1967 y 1968 el gobierno de la RDA prohibió la reiteración del campamento de verano en Polonia y en la República Checa, negándose a otorgar la visa necesaria.
En 1972, la Acción por la Reconciliación se vio muy facilitada al eliminarse la visa obligatoria entre la RDA y Polonia, así como también en Checoslovaquia. A pesar de que los campamentos de verano sólo podían ser organizados extraoficialmente, el intercambio funcionaba en ambas direcciones. En este contexto fue posible llevar a cabo campamentos con voluntarios polacos, checoslovacos y yugoslavos en estos tres países.
En 1979, un grupo pudo trabajar por primera vez en un memorial en la RDA (en Buchenwald). Desde 1981, la cantidad de campamentos de verano en estos memoriales aumentó considerablemente. Los campamentos de verano de la Acción por la Reconciliación se llevaron a cabo en Buchenwald, Sachsenhausen, Ravensbrück y Dora Mittelbau en las proximidades de Nordhausen, entre otros lugares. [Ver Documentos]. El trabajo en los memoriales se transformó en un componente estable de las actividades de la Acción por la Reconciliación. La apertura de las fronteras y las transformaciones en Europa a fines de los años ochenta abrieron nuevas posibilidades y plantearon nuevas necesidades. La actividades desarrolladas en 1991 conjuntamente por la Acción por la Reconciliación (RDA) y la Acción por la Reconciliación / Servicios de Paz (RFA) implicaron una nueva orientación de los campamentos de verano. Por un lado, los contenidos se seguían centrando en el contacto con comunidades judías, el trabajo en cementerios, en memoriales e instituciones judíos; pero también se intensificó la búsqueda de sedes de trabajo fuera de Alemania. Desde entonces, los campamentos de la Acción por la Reconciliación / Servicios de Paz se llevan a cabo también, por ejemplo, en Rusia, Ucrania, Francia, Gran Bretaña y Creta. Los campamentos de verano ofrecen a los participantes de las más diversas edades, profesiones, países y niveles socioeconómicos, la posibilidad de convivir, trabajar y fundar conjuntamente una señal para la paz y la reconciliación. Hasta 1997 compartieron los campamentos más de 14.000 participantes de más de 28 países.
El trabajo en comunidades y cementerios judíos
Berlín: Schönhauser Allee
Uno de los ejes de los campamentos de verano se centra en el trabajo junto a comunidades judías. En donde años atrás florecía la vida cultural del judaísmo en sus múltiples expresiones, hoy sólo subsisten pequeñas comunidades. No pocas veces, sus habitantes siguen padeciendo en su entorno distintas manifestaciones de prejuicios y antisemitismo. El trabajo con las comunidades permite a los jóvenes conocer el vasto espectro de formas de vida y de la cultura judías. Una acción importante consiste en cuidar cementerios judíos en nombre de los parientes asesinados y expulsados de sus comunidades por los alemanes. Para los judíos, los cementerios tienen un especial significado, ya que son considerados "casa de la vida" o "lugares propicios". Como muchas comunidades judías están compuestas por personas ancianas que no pueden ocuparse solas de mantener los cementerios, la ARSP brinda ayuda para preservar, así, la memoria de los fallecidos.
En la avenida Schönhauser Allee se encuentra el segundo cementerio más antiguo de Berlín. Las tumbas de los años 1828 a 1878 llevan como distintivo inscripciones en dos idiomas (hebreo y alemán) que dan testimonio del proceso de asimilación de los judíos en Alemania. Muchas de las tumbas de ladrillo sílico-calcáreo corren el riesgo de derrumbarse y varias inscripciones ya no son legibles. Junto a la Comunidad Judía de Berlín y el Museo Regional de Prenzlauer Berg, uno de las campañas en curso consiste en el registro fotográfico de las valiosas lápidas para su posterior documentación. Para ello se deberá limpiar la maleza que cubre las placas y también habrá que desenterrarlas parcialmente y limpiarlas; en un formulario especial se registrarán el material, estado, inscripción y ornamentación que las distingue.
El antiguo barrio de trabajadores de Prenzlauer Berg no sólo tiene una historia interesante, sino que hoy en día es una de las zonas más vitales de la ciudad, y puede descubrirse de la mano del trabajo práctico y concreto.